Me dirijo a esta ciudad que está realmente cerquita de Alcalá la Real, a unos 30 kilómetros de hecho, lo que quiere decir que en media hora aproximadamente llegaré a mi destino. ¿Y qué espero ver? Pues esta ciudad ofrece bastantes sitios que ver, además que el simple hecho de visitar sus calles es una maravilla.
Empiezo el paseo bajando la calle Alta, pasando por el Pósito lugar donde se almacenaba el grano en la antigüedad y que hoy sirve como sala de exposiciones y Casa de la Cultura.
Por dicha calle se llega a una de las edificaciones más llamativas y emblemáticas de la ciudad, la iglesia de la Encarnación. Una iglesia de planta circular y de estilo neoclásico, tan diferente a lo que se puede encontrar por las iglesias alcalaínas.
De la iglesia, y con muchas ganas, voy a poner dirección al castillo. Una de las cosas que más me llaman la atención es el hecho de que tanto Montefrío como Alcalá la Real en cierto modo comparten su historia, van en caminos paralelos.
Al igual que Alcalá, Montefrío cuenta con un castillo en lo alto de una colina, en este caso es posterior, de mediados del siglo XIV y que de hecho fue construido para poder controlar el paso de Alcalá la Real a la vega granadina. Hay que ver lo que puede unirnos la historia.
Actualmente más que el castillo, que desde su conquista fue muy modificado, lo que se puede ver es una iglesia: la Iglesia de la Villa.Y claro, para ver, ver, no puedo perderme uno de los balcones más famosos de toda la región, y alrededores, un mirador reconocido mundialmente gracias a la revista National Geographic, que la denominó como una de las mejores vistas del mundo, cosa que hizo enorgullecer no solo a los habitantes, también a sus vecinos.
Pues así, esta escapada va a ocuparnos una mañana de pleno, aunque aún hay lugares donde podremos ir para ampliar nuestra visita y nuestra mirada a este pueblo tan bonito. Entre otros lugares cuenta con un museo del olivo bastante interesante y con muchas explicaciones sobre el tipo de aceitunas, las herramientas utilizadas desde antaño y los aceites de la zona. Y no puedo olvidar otra visita, que la dejo para otro día, y que es si cabe aún más espectacular: las Peñas de los Gitanos, pero eso, ya será otro día.
¿Qué te parece esta escapada? ¿Te gustaría hacerla? Si te apetece verla, no dudes en ponerte en contacto conmigo para organizar la visita.