Ruta de los Zumaques

 

Hoy os traigo la ruta de los Zumaques, una de las rutas estrella en el municipio de Alcalá la Real. ¿Pero qué nos encontraremos por ella? Naturaleza, historia, y un montón de curiosidades que encontraremos a cada paso que demos.

 

 

Paisaje de la ruta de los Zumaques

Los zumaques como testigos de la historia

 Partiendo junto a un antiguo depósito de agua, de origen probablemente romano, parte de la ruta la realizaremos bajo la atenta mirada de la fortaleza de la Mota. Por el camino, podremos también observar cortados en piedra donde la huella del viento y el agua es la más evidente. Zonas de refugio utilizadas hace miles de años y que hoy además albergan zonas de cultivo de almendro y olivo, cuyas terrazas para el cultivo están realizadas con piedra en seco, Esta técnica se podrá ver más adelante, en una caseta situada en medio del zumacal, pero no es la única huella humana que veremos.

Además de los campos o casas de origen ya moderno, por el camino encontraremos una serie de esculturas realizadas en la roca. Estas esculturas, realizadas por un vecino alcalaíno, le otorgan un ambiente de arte sin olvidar la naturaleza como base de expresión, que le da un encanto muy especial al recorrido.

 

 

 

Pero no solo el paso del ser humano será el que se pueda observar en esta ruta. Una gran variedad de plantas nos acompañarán por todo el recorrido. A pesar de que hoy prácticamente solo disfrutemos de su presencia, antiguamente estaban estrechamente relacionadas con el ser humano, y es que tenían usos medicinales ante la falta de medicamentos, y usos tradicionales ya olvidados.

Refugio hecho con piedra en seco. Ruta de los Zumaques.

 

Por ejemplo, nos encontraremos con el ombligo de venus (Umbilicus rupestris) que se usaba como cicatrizante en pequeñas llagas o heridas; o el famoso zumaque ( Rhus coriaria) que se usaba para curtir cuero y fijar algunos colores, o incluso como sustitutivo de limón y vinagre.

Y si hay suerte, además de esto, se podrán ver no solo huellas, sino incluso al mismo animal. La cabra montés se ha adueñado de estos cortados, se pueden ver en la pared escalando como si fueran paseando por la zona más llana. Estos animales son un auténtico espectáculo y no son raros de ver buscando alimento. También se puede ver garduñas, mamíferos de pequeño tamaño que suelen huir de nuestra presencia; sapos o incluso culebras pueden aparecer a nuestro paso.

 Y todo por un recorrido, que comenzando por el barrio de San Marcos, nos llevan a rodear los tajos de Charilla, atravesar el parque periurbano de los Llanos, y volver hacia el pueblo en un recorrido que se puede realizar de forma circular o lineal según se desee.

 Paisajes variables, tradición, etnobotánica, la fortaleza como testigo. Todo esto nos acompañará mientras caminamos al aire libre, disfrutando de la naturaleza.

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