En mi experiencia personal de este año, me fui a realizar un voluntariado que ofrece WWF en las Islas Atlánticas. Consistía en hacer recuento de cormoranes moñudos y gaviotas patiamarillas que se encuentran en las islas, ver las interacciones que pudiera haber entre estas y las embarcaciones y ver si había alguna otra ave de interés. Un trabajo no especialmente exigente, pero no por ello poco demandante.
Había que estar a determinadas horas en unos puntos de observación previamente marcados por los científicos del proyecto, y estar observando pacientemente independientemente del calor o frío que se pudiera estar pasando en el momento.
Pero a cambio, ofrecen el alojamiento, la manutención, y la oportunidad de aprender mucho no solo de las islas, sino también de sus aves y otros animales.
Mi experiencia fue totalmente positiva, porque además ahí tuve la oportunidad de compartir mis días con otros compañeros igual de inquietos, de conocer un lugar que tenía muchas ganas de visitar y de vivir cosas que en casa, o en un hotel, no hubiera vivido.
Por otro lado, y nada más volver de mi voluntariado, tuve también la oportunidad de trabajar en un campo de voluntariado. En Alcalá la Real, y ya por 23 vez, se organizó el campo de voluntariado “Fortaleza de la Mota 2022” dedicado al mundo de la arqueología.
En esta ocasión 19 participantes venidos de diferentes puntos de España y del mundo, vinieron a trabajar de forma voluntaria en enclaves en los que se está realizando un trabajo de arqueología. Otra vez el trabajo no era exigente a nivel profesional, pero los participantes tuvieron que trabajar cada día realizando actividades muy necesarias en nuestro entorno.
Pero no todo iba a ser trabajar, por las tardes siempre tenían actividades ya fueran meramente lúdicas, como algunas culturales como visitas a diferentes lugares de interés del municipio. Además los fines de semana estaban dedicados casi exclusivamente al tiempo libre.
Con todo, estuvieron dos semanas con gente de diferentes zonas, compartiendo experiencias, intercambiando ideas y costumbres y culturas de sus zonas de procedencia. Y en su caso igualmente, con alojamiento y manutención incluidas, cada participante pagaba su viaje desde y hacia casa y una cuota establecida.
En cualquier caso, el fin sigue siendo el mismo: realizar una colaboración con el lugar, mientras se disfruta de la compañía de diferentes personas pero con mismos gustos o fin.
Es otra forma de viajar, otra forma de disfrutar de nuestro tiempo libre y de conocer gente nueva. Que nos permite ir a lugares y conocer sitios por menos dinero de lo que nos costaría yendo por cuenta propia y por supuesto participando de forma activa con la sociedad del destino. Un punto más a su favor.
Y tú ¿conocías este tipo de turismo? ¿lo has realizado alguna vez?